Al estar constantemente en contacto con pacientes que pueden padecer enfermedades infecciosas, los trabajadores de la salud deberían usar equipo de protección personal (EPP)(1). Con la llegada de la pandemia de COVID-19, el uso de esta indumentaria ha incrementado y ha adquirido mayor relevancia por ser un medio de protección de patógenos infecciosos, tanto para el personal de salud, como para los pacientes (2). Sin embargo, al existir una gran variedad de tipos de barreras de protección es importante saber qué, cómo y cuándo usarlos.
Esta revisión sistemática Cochrane (1), realiza una evaluación entre los diferentes tipos de equipo de protección personal (EPP) y los métodos para ponérselos y retirárselos; para así determinar su eficacia en la reducción de contagio e infección entre el personal de salud. De la misma manera, también evalúa los métodos de capacitación usados para mejorar la implementación de los EPP entre el personal de salud.
Entre los resultados más relevantes tenemos:
- Los EPP que abarcaran una mayor cobertura corporal podrían ofrecer una mejor protección pero pueden ser más difíciles para ponérselos y sacárselos.
- El mono con respirador purificador de aire propulsado podría ofrecer una mejor protección contra la contaminación que solo el uso de una bata y una mascarilla N95.
- Los EPPs modificados en comparación con los EPPs estándar podrían reducir el riesgo de contaminación, entre estas modificaciones tenemos: Las batas y guantes adheridos y sellados, batas con mejor ajuste en el cuello y muñecas, adición de lengüetas en guantes y mascarillas para facilitar la remoción de estos.
- Las pautas de la CDC sobre el uso y remoción de los EPP podrían reducir la contaminación en comparación a no usar ninguna guía.
- Entre las intervenciones que podrían mejorar la capacitación al personal de salud en el uso de EPPs, tenemos: Simulación por ordenador, videoconferencia e instrucción presencial.
A pesar de los resultados encontrados, es difícil establecer recomendaciones concluyentes debido a que la calidad de la evidencia en los estudios incluidos es de baja a muy baja. Esto se debe principalmente a que los resultados están basados en uno o dos estudios y en un número pequeño de participantes. Es necesario realizar más estudios en el tema con un mayor número de participantes, así como también investigar otros factores como el uso de gafas o protectores faciales, capacitación a largo plazo, entre otros.
Para acceder a la revisión completa en inglés visitar:
https://doi.org/10.1002/14651858.CD011621.pub5
Fotografía de Luke Jones en Unsplash
Autor: Nelson Suárez Chamorro
Revisado por: Camila Montesinos y Nathaly Bonilla
Referencias
- Verbeek, Jos H; Rajamaki, Blair; Ijaz, Sharea; Sauni, Riitta; Toomey, Elaine; Blackwood, Bronagh; Tikka, Christina; Ruotsalainen, Jani H; Kilinc Balci, F Selcen (2020). Personal protective equipment for preventing highly infectious diseases due to exposure to contaminated body fluids in healthcare staff. Cochrane Database of Systematic Reviews, doi:10.1002/14651858.CD011621.
- Honda, Hitoshi; Iwata, Kentaro (2016). Personal protective equipment and improving compliance among healthcare workers in high-risk settings. Current Opinion in Infectious Diseases, 29(4), 400–406. doi:10.1097/qco.0000000000000280.