El sueño promueve el correcto desarrollo neurocognitivo durante la infancia; fomenta la consolidación de la memoria, la regulación de las emociones y el comportamiento (1). Además, existe evidencia de que el sueño es indispensable para el proceso de recuperación, conservación de energía y bienestar durante la hospitalización (2). La admisión hospitalaria puede provocar la disrupción del sueño y afectar de manera negativa el desarrollo del cerebro durante los periodos de enfermedad y recuperación en la población pediátrica (3). Durante la hospitalización factores como el ruido, la luz y temperatura de la habitación, el dolor, la ansiedad, entre otros, interrumpen el sueño durante la hospitalización de un niño (2,3).
La promoción de la higiene del sueño en la cultura hospitalaria no es una prioridad. Aunque existen intervenciones accesibles y no invasivas para promover el sueño, estos métodos son raramente usados dentro de la hospitalización pediátrica (4). Dentro de las intervenciones no farmacológicas para mejorar la calidad del sueño durante la hospitalización tenemos intervenciones ambientales, de comportamiento (masajes, terapia táctil y cuentos antes de dormir, intervenciones multicomponentes de relajación), terapias alternativas / complementarias; multicomponentes (técnicas de relajación, control de estímulos durante el sueño y ejercicios de respiración) y la actividad física (usar bicicleta o juegos apropiados para la edad del paciente) (3).
Este artículo presenta un resumen de una Revisión sistemática Cochrane que tuvo por objetivos el evaluar los efectos de terapias no farmacológicas en la calidad y duración del sueño, la satisfacción del niño/cuidador, costo-efectividad, incidencia de delirio, tiempo de ventilación mecánica, tiempo de hospitalización y mortalidad (3). En esta revisión se incluyeron 10 estudios con una población pediátrica hospitalizada de 528 participantes que iban de los 3 hasta los 22 años y fueron realizados en la UCI pediátrica, servicio de oncología, hospitalización pediátrica, unidad de quemados, unidad de cirugía y unidad de cardiología.
Entre los resultados más importantes tenemos que:
- No se encontraron diferencias entre las intervenciones de relajación multicomponente y la atención habitual en las medidas objetivas de la calidad del sueño.
- También se encontró un aumento en la eficiencia del sueño, y una disminución en la vigilia nocturna durante un período de cinco días después de un masaje, en comparación con la atención habitual.
- Se sugiere que la intervención multicomponente de relajación podría disminuir el despertar luego del comienzo del sueño.
- Respecto a las intervenciones conductuales, los niños y padres podrían tener una mayor satisfacción cuando se utilizan en combinación los masajes y la terapia de relajación.
- Ninguno de los estudios se enfocó en intervenciones ambientales especificas tales como la reducción del ruido o la optimización de la luz, tampoco evaluaron la satisfacción de los niños o sus padres sobre la costo‐efectividad de las intervenciones.
- La mayoría de los estudios incluyeron muestras pequeñas y ninguno investigó los efectos sobre la mortalidad, la incidencia de delirio y la duración de ventilación mecánica dentro de las poblaciones estudiadas.
Para entender el potencial beneficio de las diferentes intervenciones en la higiene del sueño, es necesario sintetizar la evidencia más reciente, sobre todo, en población mayor a un mes de vida. Además, dentro de la población estudiada, ninguno de los ensayos clínicos incluyó a niños menores de 3 años, quienes tienen mayor riesgo de hospitalización y se encuentran en una etapa de rápido desarrollo neurocognitivo. Por lo que realizar estudios con esta población es también necesario. La evidencia recopilada en esta revisión fue inconsistente y de baja a muy baja calidad. Se recomienda realizar más estudios clínicos aleatorizados que contengan herramientas de evaluación objetiva del sueño como la polisomnografía y la actigrafía, al igual que cuestionarios estandarizados para determinar como las intervenciones no farmacológicas influyen en la promoción del sueño y cómo pueden afectar la calidad y duración del sueño.
Para acceder a la revisión completa puede visitar:
https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD012908.pub2/full
Fotografía de National Cancer Institute en Unsplash
Autora: Carolina Largo.
Revisado por: Camila Montesinos.
Referencias
- Stickland A, Clayton E, Sankey R, Hill CM. A qualitative study of sleep quality in children and their resident parents when in hospital. Arch Dis Child. 2016;101(6):546–51.
- Cowherd EL, Sutton AG, Vincent JO, Humphries MS, Ritter V, Fine J, et al. Timing and Duration of Sleep in Hospitalized Children: An Observational Study. Hosp Pediatr. 2019;9(5):333–9.
- Kudchadkar SR, Barnes S, Anton B, Gergen DJ, Punjabi NM. Non-pharmacological interventions for sleep promotion in hospitalized children. Cochrane Database Syst Rev. 2022;(6).
- Kudchadkar SR, Yaster M, Punjabi NM. Sedation, sleep promotion, and delirium screening practices in the care of mechanically ventilated children: A wake-up call for the pediatric critical care community. Crit Care Med. 2014;42(7):1592–600.